La diferencia entre agradecer y pedir

Ahora, sus hijos le apoyan y son parte de esta organización que sigue en constante crecimiento y posicionándose con fuerza en su industria. Si bien la historia de por si es memorable por todo lo que ha logrado hacer, lo que más se me grabó es que me dijo:

“Ale, si quieres alcanzar tus metas, crecer tu negocio y llegar a tus objetivos, tienes que agradecer desde antes que lo logres, evita pedirlo. Agradece al Universo, a Dios, al Ser Superior,  o quien sea tu fuerza que te motive y en quien tu creas. Si agradeces siempre, te vas a dar cuenta cómo se va a concretar”.

Esto me ha hecho reflexionar recientemente, cuando escuchas personas que piden un aumento, que piden que les vaya bien para encontrar un trabajo, que piden que se acomoden las cosas para que obtengan resultados. No es que esté mal, es que creo que cuando pedimos, la energía no es la misma a  cuando agradecemos algo que visualizamos ya estamos disfrutando. Entonces se abre el canal de la energía que hace que las cosas sucedan. Esa plenitud de vivir en el presente para actuar sobre un propósito y un camino preestablecido por nosotros mismos, pero sin depender de otros o de las circunstancias que nos rodean.

En mi opinión y sin ser experta, cuando pides, se vuelve una obligación para el que te da o no te da. Por el contrario, cuando agradeces, se vuelve tu responsabilidad y compromiso conectar con tu energía para hacer que las cosas sucedan.De hecho, existen miles de meditaciones basadas en la gratitud para generar abundancia. Esa forma oriental de conectar con tu interior, creer en ti, y actuar sobre el sentimiento que genera esa abundancia.

Yo por ejemplo voy en el día 9 de 12 días de gratitud en el app de Breathing Room. También hay científicos en neurociencias como Joe Dispenza, Juan Lucas y otros guías espirituales, en donde reprogramas tus pensamientos para conseguir tus propósitos. Si bien no me considero experta en el tema, estoy segura que tiene que ver con tu presencia ejecutiva, en estar en el presente y no en automático o viviendo en el futuro que solo genera angustia y ansiedad. En automático, reaccionas ante situaciones, emociones y comportamientos de otras personas, que cuando no se hace lo que quieres, nos volvemos reactivos y la energía tiene una disrupción.

Si pides y no te dan, vives en la espera de algo que no depende de ti.Vivimos en el momento, conscientes del impacto que tenemos en otros, de nuestras emociones, de las conexiones que logramos.  Tener consciencia de nuestras emociones, nos permite entender cómo comportarnos cuando debemos comunicarnos y cuándo debemos mantener silencio.

Agradecer es vivir en un presente, hace sentido, porque entonces tu comportamiento está basado en lo que tienes y no en lo que no tienes.Siempre es un buen momento para agradecer con una intención enfocada en el presente y generar nuevas experiencias y aprendizajes. Dejemos de pedir y empecemos a agradecer.

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