Ezequiel Carballo/ @ecarballotrainer, trainer de STN4
El cardio nos aporta un aumento de VO2 MÁXIMO, o el consumo máximo de oxígeno, este valor no es otra cosa que la capacidad que tiene nuestro cuerpo para captar el oxígeno del ambiente y utilizarlo en las reacciones celulares para transformarlo en movimiento. Cuanto mayor es esta capacidad, mayor es el rendimiento del individuo.
Disminuye la tensión arterial y el tamaño y las paredes del corazón aumentan ligeramente, logrando un “corazón más eficaz” capaz de expulsar más sangre en cada latido.
Refuerza el sistema inmunológico. Al aumentar el ritmo cardíaco, los vasos sanguíneos se dilatan permitiendo un mayor flujo de glóbulos blancos, los agentes encargados de luchar contras virus e infecciones.
Ayuda a controlar los niveles de colesterol y mantiene estables los niveles de azúcar, preveniendo la diabetes tipo 2.
Además, ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, mantiene estables los niveles de colesterol, la hipertensión y la diabetes; además de que fortalece el corazón y los pulmones.
No importa la disciplina en la que te desempeñes en el ámbito deportivo o tus actividades diarias, siempre es bueno y recomendable que incluyas sesiones de cardio en tus rutinas para lograr un rendimiento óptimo.
¿Cómo llevarlo a la práctica?
Como entrenador y deportista recomiendo practicar ejercicios cardiovasculares de 4 a 5 veces por semana, en sesiones mínimas de 30 minutos, si eres principiante o no tienes tiempo. La constancia y la progresión son piezas fundamentales, esta última la puedes lograr aumentando la duración de tu entrenamiento o la intensidad.
Para gozar de estos beneficios, te invito a practicar Sersana o STN4, donde si bien planteamos métodos distintos, en ambos esta presente el ejercicio cardiovascular y según la clase combinamos también resistencia y fuerza sumando los beneficios de esta última. En el próximo artículo les contaré sobre los entrenamientos de fuerza y sus grandes beneficios.